Diseño de jardines en Barcelona
Desde el primer momento, para el diseño de jardines del hotel Terramar nos propusimos un objetivo tan inspirador como capturar la esencia y la luz del mediterráneo. La proximidad al mar nos ofrecía toda una gama de añiles que debíamos aprovechar. Y gracias a unos materiales neutros y claros, podríamos potenciar la luminosidad y acompañar las tonalidades de la arquitectura, sin restar protagonismo al mar.
Una petición especial requiere una propuesta personalizada
Nuestro cliente quería un entorno que, sin perder su carácter mediterráneo, sugiriera algo más, un punto de exotismo que no fuera ni postizo ni artificial. Además, buscaba un espacio lleno de vida, pero serena, contenida, que inspirara relajación, que diera tranquilidad y reposo. No podíamos repetir patrones ni modelos habituales de ajardinamiento típicos de la zona, había que buscar una propuesta que fuese franca, inteligible y que a la vez impactara, que dejara huella.
La difícil elección de las plantas para darle al espacio exterior un punto exótico
Por un lado, el difícil ambiente de la costa, de la primera línea de mar, dificultaba la elección de la planta y desde el primer momento nos propusimos descartar de nuestra lista moreras, pinos, adelfas, tamarindos, mioporos o siempreverdes, así como todo tipo de crasas y cactáceas. Para este diseño de jardín, buscábamos una propuesta noble y sutil en relación con nuestras referencias a ambientes de otras latitudes.
La propuesta exterior se iniciaba en los accesos y la zona de vehículos, y en ellos apostamos por plantas de verde perenne: las palmáceas (Phoenix canariensis [1] , Whasingtonia robusta [2], Chamaerops humilis [3]) marcaban los elementos verticales y la cobertura. A especies arbustivas muy resistentes como los Viburnum lucidum [4] y los Pittosporum tobira [5], encargamos la misión de desarrollar una segunda altura que diera intimidad y sirviera de transición entre las palmeras y las superficies horizontales. De esta manera humanizamos las distancias y los volúmenes.
Cómo creamos un ambiente verde y natural en el interior del edificio:
Por otro lado, teníamos el reto de introducir la naturaleza en el interior del complejo, de naturalizar salas de estar, corredores y entradas.
La presencia de vegetación en los espacios interiores del complejo se hizo utilizando jardineras muy mediterráneas en colores blancos y terrosos, de cerámica natural. La repetición de estos elementos a través de una secuencia intencionada proporcionaba tranquilidad y relajación.
Aspidistras [6] y lavandas fueron las elegidas para mantener la referencia a nuestro mediterráneo más tradicional, y las aves del paraíso, juntamente con las kentias [7], se propusieron para transportar estos espacios a tierras indianas. La floración de las Bougainvillea glabra [8], las Lavandula dentata [9] y las Sterlitzia augusta[10] consiguió un contrapunto de color a la frondosidad de nuestros verdes.
Mínimo mantenimiento de jardines y máximo rendimiento de la vegetación
Todas las variedades que escogimos tienen una probada resistencia a la falta de agua y a los ambientes salinos. En la zona de la piscina se propuso un césped artificial para mantener un criterio de máxima sostenibilidad y no perder la continuidad del verde exterior.
Desde un punto de vista técnico el jardín debía de ser sostenible, la misma vegetación al ir creciendo y adaptándose al lugar generaría un equilibrio y una complementariedad que daría fuerza al conjunto y lo mantendría apartado de plagas y de enfermedades. Sabíamos que cuantos menos tratamientos de prevención y control químicos hubiera, más vivo estaría nuestro entorno. Los clientes, sin saber, estarían recibiendo durante su estancia, dosis de naturaleza limpia, positiva, regeneradora, sin posibilidad de iniciar posibles sensibilidades, intolerancias o alergias.
Perdurabilidad, facilidad de mantenimiento y seguridad son clave en el diseño de jardines
Se cuidaron hasta los últimos detalles, el extendido sobre los parterres de corteza de pino y material vegetal procedente de restos de poda era una manera de reciclar en la naturaleza y de conservar la humedad en el suelo, evitando las malas hierbas y facilitando su erradicación. Frenamos así el uso de químicos en el suelo y a la vez conseguíamos un acabado estético de estas superficies.
Desde greenline gardens pensamos que un entorno de calidad debe dar respuesta a las exigencias que se plantean tanto en los aspectos estéticos o poéticos como técnicos o científicos. Los diseños de jardines y las propuestas deben ir más allá de una realidad inicial, ya que un jardín reciente tiene fuerza y vitalidad, pero sobrevive sobre todo a partir de sus reservas. Sólo aquellos jardines que además son sostenibles y están técnicamente bien desarrollados mantendrán a lo largo del tiempo su belleza y estado fitosanitario. Esta es la piedra de toque de un buen diseño, su perdurabilidad, su facilidad de mantenimiento, su seguridad, en definitiva su sostenibilidad. En greenline gardens este concepto no es teoría, es una realidad. Detrás de nuestros planteamientos hay muchas horas de reflexión y análisis de decisiones para que nuestros clientes gocen de sus espacios soñados.
Manel Vicente
Research and New Technologies
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[1] Palamaceas: (Phoenix canariensis o palmera canaria) es una especie de palmera endémica de las Islas Canarias. Debido a su belleza, facilidad de adaptación y resistencia al frío es una de las palmeras que más se usa en jardinería.
[2] La Washingtonia robusta es una de las palmeras más comunes de las regiones templadas y cálidas del mundo. Crece muy rápidamente, hasta el punto de que si las condiciones son adecuadas puede alcanzar el metro de altura en su primer año de vida.
[3] Chamaerops humilis o el palmito es una palmera arbustiva que puede alcanzar en ocasiones el porte de un árbol de hasta 4 m de alto —y, excepcionalmente, hasta 8— y 35 cm de diámetro. Sus hojas se asemejan abanicos, pues son simples, persistentes, palmadas y muy grandes.
[4] El Viburnum lucidum es una planta ideal para crear setos de esos que llaman mucho la atención durante todo el año.
[5] Pittosporum tobira, conocida vulgarmente como azahar de la China, es una especie de la familia Pittosporaceae, originaria del este de Asia.
[6] Aspidistra, también llamada comúnmente pilistra, es un género de la familia Asparagaceae, anteriormente Ruscaceae. Son plantas ornamentales cultivadas tanto en interior como exterior, originarias de China, Himalaya y Japón.
[7] La Kentia es una palmera endémica de la Isla Lord Howe.
[8] Bougainvillea glabra o flor de papel es una especie botánica de planta trepadora de la familia de las Nyctaginaceae; y es la más común de las especies para bonsái. Es nativa de Brasil.
[9] Lavandula dentata, llamada popularmente alhucema rizada o cantueso, es una planta especie de la familia de las lamiáceas.
[10] Strelitzia augusta es una de las especies conocidas como Ave del paraíso. Puede alcanzar una altura máxima de 10 metros. Sus hojas son grandes, lanceoladas y anchas, con una longitud de hasta 1 metro.
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