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Vuela, vuela mariposa en mi jardín

No hace mucho que pude hacer una buena caminata hasta lo alto del castillo de Besora, desde donde se puede disfrutar de unas vistas sorprendentes del pueblo y de su valle. El día acompañaba, era una mañana llena de luz y las lluvias de la primavera habían dejado su huella en todos los verdes del paisaje. De repente, delante de mí, en un prado sin segar rodeado de robles, vi un espectáculo que hacía tiempo que no contemplaba: cientos de mariposas, quizás un millar, revoloteando ante mí.   Minúsculas cometas de colores inundaban mi visión Las había claras y nerviosas como la blanca del majuelo (Aporia crataegi), o pausadas y mucho más grandes como el podalirio o chupaleches (Iphiclides feisthamelii). También estaban las territoriales, como la lobito agreste (Pyronia tithonus), que defendían su espacio de otros machos. Parecía un cielo lleno de minúsculas cometas de colores: el marrón de la loba (Maniola jurtina), con sus colores tierra al plegar sus alas y el azul eléctrico de la falsa limbada (Cyaniris semiargus)... Pero no solo competían por el azul y las flores las mariposas, entre ellas volaban abejas, abejorros violáceos y libélulas algo despistadas por estar tan lejos de sus charcas o albercas. Con toda esta algarabía parecía que los colores de las flores se multiplicaran y que por momentos se escaparan para volver a regresar de nuevo.   Estoy fascinado por las mariposas, como otros muchos lo estuvieron antes que yo Estuve fotografiando todas las que pude (o se dejaron), porque no es fácil acercarse lo suficiente. Pero el premio para cuando lo consigues es impresionante: las mariposas son seres fascinantes y, como prueba, pensad en la cantidad de leyendas, historias y mitología que hay sobre ellas en muchas culturas. Numerosos artistas las han recogido en sus pinturas desde la antigüedad, en el mítico palacio de Minos en Creta, hasta nuestros días, como, por mencionar un cuadro que me encanta, en ‘Amapolas y mariposas’, de Van Gogh. Se las ha relacionado con el renacer y la inmortalidad, y por ello representan el alma. Normalmente significan felicidad, belleza, paz, amor, libertad, aunque, en algunos casos y en función de sus colores, son pregoneras de malos augurios.   Las mariposas, esas exploradoras empedernidas… Todos hemos oído hablar de los miles de kilómetros que recorre la mariposa monarca (Danaus plexippus), pero lo que no todo el mundo sabe es que aquí también tenemos mariposas viajeras: la vanesa de los cardos (Vanessa cardui) que nace aquí, en mayo, de padres africanos, y continúa su vuelo hacia Europa para volver en octubre a la tierra de sus abuelos. Más de 1.600 km de vuelo y aventuras. ¿No es impresionante?   ¿Cómo convencer a las bellas y curiosas mariposas para que se queden en nuestro jardín? Aunque tenemos jardines especializados en las mariposas, los mariposarios, como el Butterfly Park en Empuriabrava, o espacios ricos en estos insectos como el parque Nacional de Picos de Europa, para conseguir que vengan y poder disfrutar de sus vuelos y colores tenemos que diseñar nuestros jardines apropiadamente: Para ello, potenciaremos las plantas de floración atractiva y ricas en polen para que se posen en ellas. Podemos diseñar rincones a base de herbáceas anuales y de vivaces como el girasol, la caléndula, los geranios o las margaritas. Las especies aromáticas ayudan mucho: el orégano, el tomillo, las diferentes lavandas, las verbenas, el aliso marítimo, las escabiosas, las milenrama, los ásteres o los hebes Y, ¿por qué no? Podemos jugar también con la proliferación de las plantas silvestres como la hierba viborera (Echium vulgare) o la hierba cana (Senecio vulgaris), donde muchas de nuestras mariposas se alimentan. También, para los que les gustan las trepadoras, tenemos los rosales, las madreselvas, las clemátides, los jazmines... ¡Una tentación para estos insectos! Entre las plantas arbustivas son muy atractivas las lantanas, las abelias, los ceanotos, los lilos y los cerezos. También el grupo formado por el majuelo (Crataegus monogyna), el guillomo (Amelanchier ovalis) y el cornejo (Cornus sanguinea), que al florecer a principios de primavera se cubren de un blanco espectacular y posibilitan su alimento a las primeras mariposas. Colocar rocas o diseñar superficies de elementos naturales también propician las visitas de las mariposas, sobre todo si toca el sol y hay puntos de agua cercanos tras el último riego.   Un jardín con mariposas es un jardín vivo, pero los insecticidas y herbicidas las destruyen Es importante mantener los jardines limpios de insecticidas y hacer frente a las plagas mediante medidas culturales o manuales que huyen del uso de los químicos. Usar productos naturales o mantener la lucha biológica a través de otros insectos o a través de pájaros. Todo ello ayuda a mantener un equilibrio en el que las ventajas de la polinización por parte de las mariposas compensan de largo el pequeño daño que pudieran causar cuando son larvas. El uso de productos como el Bacillus thuringiensis, utilizado contra la procesionaria del pino también las hace daño, por eso, se debe evitar su aplicación en las zonas de alimentación y refugio de sus larvas, normalmente en plantas consideradas silvestres.   Hay que potenciar las plantas silvestres, las nutricias, también en nuestro jardín Es una buena práctica dejar rincones escondidos o en segunda línea que sirvan de alimento a las futuras larvas y les ofrezcan un lugar donde poder realizar las pupas y completar la metamorfosis. Nosotros somos amantes de las nutricias por su valor, a veces olvidado. En este sentido, las denostadas ortigas son plantas nutricias de muchas especies de mariposas como la vanesa de los cardos (Vanessa cardui), la ortiguera (Aglais urticae), el pavo real (Inachis io) y la vanesa (Vanessa atalanta). En el hinojo, la ruda y el comino de prado se alimenta el hermoso macaón (Papilio machaon). jardin asilvestrado mariposas Dejar que una parte de nuestro jardín se asilvestre es contribuir a la riqueza de la naturaleza, el mantenimiento del equilibrio ecológico y a la biodiversidad del entorno natural. Y, por eso, desde greenline gardens, lo promovemos. Así que, de nuevo, os animamos a hacer volar a las mariposas en nuestro jardín.   Manel Vicente Espliguero Paisajista
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